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Las causas, prevención y reversión de la atrofia muscular

La pérdida de masa muscular y fuerza se llama atrofia . En cierto modo, la atrofia es lo opuesto a la formación de músculos. Una buena nutrición combinada con el ejercicio físico puede condicionar los músculos, lo que les permite crecer, crecer y fortalecerse. En contraste, la atrofia puede resultar de la fragilidad y la inactividad física de los músculos.

Causas

Hay varias causas de atrofia muscular.

  • Desnutrición: la malnutrición grave y la falta de nutrientes y proteínas pueden contribuir a la atrofia muscular porque los nutrientes y las proteínas son necesarios para el desarrollo y la función normal del músculo. Esta falta de nutrición adecuada puede ocurrir como resultado de enfermedades graves y también puede asociarse con medicamentos fuertes, como algunos agentes quimioterapéuticos.
  • Enfermedad neurológica: si tiene una afección neurológica, como neuropatía, parálisis cerebral, accidente cerebrovascular o enfermedad de la médula espinal, puede tener debilidad muscular en la cara, brazos o piernas. Cuando no usa sus músculos, la falta de estimulación y el ejercicio pueden hacer que se adelgacen. Este adelgazamiento también puede hacer que sus músculos pierdan fuerza más allá de lo que es causado por el problema neurológico. 
  • Enfermedad prolongada / hospitalización: si ha estado enfermo debido a un largo período de infección, cáncer o enfermedad que requiere una larga estancia en la unidad de cuidados intensivos, su movilidad reducida y falta de nutrición pueden contribuir a la atrofia muscular.
  • Problemas para tragar: las dificultades para tragar y el cansancio interfieren con la alimentación. Incluso con los mejores intentos de proporcionar nutrición en el hospital, las personas que tienen problemas para tragar tienden a perder peso.

Prevención

Si usted o su ser querido tienen una condición neurológica que causa debilidad física, hay formas de prevenir la atrofia antes de que ocurra.

  • Mantenerse activo: la mayoría de las personas que se están recuperando de una infección severa, cáncer o un derrame cerebral no están entusiasmados con volverse físicamente activos. De manera similar, si vive con una afección neurológica crónica como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson, es posible que no tenga ganas de estar activo. Sin embargo, se sabe que esta falta de actividad física contribuye a la atrofia, empeorando sus capacidades físicas generales.
  • Terapia física: participar en terapia física y rehabilitación cuando tiene una condición neurológica es particularmente valioso. La terapia física le asegura que participará en actividades programadas y bien planificadas para ayudarlo a recuperarse y recuperar fuerzas.
  • Movimiento pasivo: una de las formas de comenzar la actividad física antes de estar listo para participar activamente en la terapia incluye el movimiento pasivo. Con este método, su terapeuta moverá sus brazos y piernas suavemente. Con frecuencia, esto se hace en el hospital o en un centro para sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares que no pueden comenzar a moverse por sí mismos.
  • Nutrición: reanudar lentamente la nutrición y la actividad física puede ayudar a prevenir la atrofia, permitiendo que los músculos recuperen su tamaño y forma.

Además de prevenir la atrofia, estas actividades pueden ayudarlo de varias maneras. Ayudan a prevenir las úlceras por presión prolongada en una parte del cuerpo. Pueden reducir la posibilidad de desarrollar coágulos de sangre que pueden desarrollarse en los brazos o piernas debido a la falta de movimiento (aunque el movimiento pasivo ha sido un tanto controvertido como método para prevenir los coágulos de sangre). Y pueden minimizar parte del daño nervioso y Rigidez muscular que generalmente ocurre después de largos periodos de inactividad.

Atrofia de marcha atrás

La atrofia muscular es una condición que puede revertirse. La atrofia es un proceso físico que se produce gradualmente. La reconstrucción de los músculos, que es la atrofia inversa, también lleva tiempo.

Los métodos que son más efectivos para revertir la atrofia son los mismos que se usan para prevenir la atrofia: mantenerse activo, terapia física, movimientos pasivos y mantener una nutrición adecuada.